Amigos a distancia.

A veces, la cercanía con alguien puede sentirse como un refugio, un lugar donde la conexión florece sin necesidad de palabras. Pero de repente, sin darte apenas cuenta, algo cambia. Es como si el aire entre ambos se volviera más denso, más frío, y esa distancia que antes parecía inexistente empieza a ser evidente, empiezan a separaros cientos de kilómetros que quizás solo tú crees empezar a percibir. No sabes si fuiste tú quien dio un paso hacia atrás o si la otra persona simplemente dejó de caminar a tu lado. Lo que si sabes es que la mera percepción anterior, comienza a cobrar consistencia en tu memoria.

Te das cuenta de que estabas empezando a compartir pedazos que forman parte de ti, de un tú qué quizá, no todos conozcan. Estabas comenzando a abrir puertas, mientras tu compañía las iba cerrando, sigilosa pero inexorablemente. La inocencia te inundaba en ese momento y creías que ese intercambio, esa desnudez personal, era recíproca. Había señales, pequeñas cosas que parecían confirmar que el lazo se estaba forjando, ya sabes expresiones o miradas de complicidad que sólo entendíais vosotros. Pero, ahora lo que te inundan son las dudas. Hay silencios más largos, respuestas más breves, y esa sensación incómoda de que tal vez estabas construyendo algo en soledad. Empieza a desvanecerse ese castillo de naipes que en algún momento cimentabais juntos, pero que hoy, sin necesidad de vientos, se desploma frente a ti.

Y duele, no porque esperabas algo concreto, sino porque pensaste que estabais compartiendo el mismo deseo de compañía. Ahora todo parece más incierto, como si lo que sentiste fuera un espejismo, como si te hubieras apresurado al llenar los espacios vacíos con tu ilusión. Como si el vaso, nunca hubiese tenido la oportunidad de llenarse, debido a esa minúscula fisura escondida en el fondo.

No sabes qué es peor: si el vacío que deja la lejanía aún a centímetros de distancia o la posibilidad de nunca haber nada realmente compartido, solo tus ganas de creer que sí, que está vez habías encontrado una mano compañera.

¿Qué opinamos? ¿La lejanía cercana duele de primeras o solo reaviva el dolor de una anterior llaga? Me encantaría leerte!!!

Un abrazo virtual,

Grappa D. Mente 

Comentarios

Entradas populares